The capital of cacao of Ecuador
“…Strong in will to strive, to seek, to find not to yield. “ – Alfred Lord Tennyson
It's exciting every time I arrive in Guayaquil to cross the bridges that connect it with Samborondón and Durán. These towns, located in front of the economic capital of Ecuador, are annexes to this city. Three million inhabitants settle in the most abundant basin in the Pacific of South America. The sun shines, it’s over 34 degrees temperature outside, without subsiding, for a second, the energy of its people.
The perfume of the Arriba Nacional cacao that I carry in the car about to be transformed into chocolate is pervasive. The grandeur of the Guayas River, the confluence of the Daule and Babahoyo rivers, it’s captivating. The magnificent silhouette of the new icon of the city, The Point building, in the new area of Puerto Santa Ana, it's seducing.
Contrast and harmony
Next to this brand new area lies the oldest neighbourhood in Guayaquil: Las Peñas. Its narrow and cobbled streets, with colourful portals, hold heritage buildings and houses of those who were the cacao barons in the golden age of cacao in Ecuador, also called "Gran Cacao". These architectural relics that have defied time and the last fire in Guayaquil in 1896 are today the homes of artists, art galleries and theatres; others were removed piece by piece from its original place and transported to the luscious Parque Historico Guayaquil.
History and evolution
The city has a historical link with cacao for more than 400 years. Since the time of the Royal Audience of Quito (1563) when boats loaded with cacao sailed from the port of Guayaquil to Callao and Acapulco en route to Spain.
The coast population in the 16th century was not enough to collect the cacao that grew wildly in this region (Balao, Vinces). The majority of inhabitants used to live in the cities of the Ecuadorian Andes.
"In the last decades of the 18th century, Guayaquil residents began planting cacao in significant quantities. One of the main factors that influenced this evolution was the crisis in the textile manufacturing in the mountains that left thousands of people without work; these people went down to the coast in search of a future. For the first time, a sufficient workforce existed to undertake large-scale planting," explains historian Guillermo Arosemena. The hands that used to weave textiles in the Ecuadorian Andes learned to harvest cacao in the tropics.
Resilience and adaptation
Guayaquil became an important cacao centre that competed with Venezuela to conquer markets in Spain and the rest of Europe that was acquiring a taste for chocolate. That led to the arrival of pirates who looted and burned the city on several occasions. From there, its people developed resilience and the ability to overcome adverse situations.
Ecuador enjoyed the golden age of cacao between 1870 - 1925 and became the world's leading cacao exporter. Tons of cacao Arriba Nacional left from Guayaquil direct to London, Hamburg and New York. At the same time, Cacao Barons brought to Guayaquil fashion, architecture and the latest trends they saw in Europe. Some buildings in the city centre are shreds of evidence such as the magnificent Crystal Palace built by the Guayas River or the lavish Municipal Palace.
The cacao industry developed banking and other businesses that attracted immigrants from all over the world: Spanish, Lebanese, Germans, Italians. The Italians founded the first chocolate factories in Ecuador in 1906, and some of them still exist.
These were undoubtedly booming times in Ecuador until the Witch's broom plague wiped out 70% of the cacao plantations in 1920.
This unprecedented event was followed by a time of research, innovation and creativity. Today twenty cacao and chocolate processing plants exist in Guayaquil, with very high technology. It's probably the biggest cacao and chocolate cluster in Latin America that employs 200 thousand Ecuadorian families. In 2019, 330 thousand tons of cacao were exported from Guayaquil to the most important markets as the US, Holland, Indonesia, among others. And it's certainly the largest producer of fine flavour cacao in the world.
I feel nostalgic about crossing those bridges, admiring those vast rivers and shining afternoons before arriving at the factory where sometimes we make our chocolate. Hand in hand with Ecuadorians who have been producing and exporting cacao for four generations or some of the Italian descendants who arrived at the port more than 100 years ago, we craft speciality chocolate with the finest flavour cacao single-origin Manabí.
Whilst I see from my balcony the deep blue sea of Manta, I dream this pandemic is over, so we can travel south and make chocolate in Guayaquil, the cacao capital of Ecuador.
SPANISH VERSION / EN ESPAÑOL
La capital del cacao de Ecuador
“... Fuerte en la voluntad de luchar, buscar, encontrar y no ceder.” – Alfred Lord Tennyson.
Me emociona cada vez que llego a Guayaquil y atravieso los puentes que la conectan con Samborondón y Durán. Estas poblaciones, ubicadas frente a la capital de económica de Ecuador, son anexos de esta urbe de tres millones de habitantes, dueña de la cuenca más rica del Pacífico de Sudamérica que palpita con un sol radiante, 34 grados de temperatura, sin amainar, por un segundo, la energía de su gente.
El perfume del cacao Arriba Nacional que llevo en el carro, a punto de transformarse en chocolate, es penetrante. Cautiva la grandiosidad del río Guayas, la confluencia de los ríos Daule y Babahoyo que besan las orillas de las casas asentadas a sus pies. Y seduce la magnífica silueta del nuevo icono de la ciudad: el edificio The Point, en la moderna zona de Puerto Santa Ana.
Contraste y armonía
Al lado de este flamante sector yace el barrio más antiguo de Guayaquil: Las Peñas. Con calles angostas y empedradas, de coloridos portales, alberga las casas patrimoniales de quienes fueron los empresarios de cacao en su época dorada o mejor llamado “Gran Cacao”. Estas reliquias arquitectónicas que sobrevivieron al tiempo y al último incendio de Guayaquil de 1896 son hoy moradas de artistas, galerías de arte y teatros; otras fueron trasladadas pieza por pieza al exhuberante Parque Histórico Guayaquil.
Historia y evolución
La ciudad posee un vínculo histórico con el cacao por más de 400 años. Ya en la época de Real Audiencia de Quito (1563) zarpaban desde el puerto de Guayaquil embarcaciones cargadas de cacao hacia El Callao y Acapulco cuyo destino final era España.
La población en la costa en el siglo XVI no era suficiente para recolectar el cacao que crecía silvestre en esta abundante región (Balao, Vinces). La mayoría de los habitantes vivían en las ciudades de la sierra ecuatoriana.
“En las últimas décadas del siglo XVIII los guayaquileños comenzaron a sembrar el cacao en cantidades importantes. Uno de los pricipales factores que ayudaron fue la crisis en los obrajes de la sierra que dejó sin trabajo a miles de personas; éstas optaron por bajar a la costa en busca de futuro. Por primera vez existía suficiente mano de obra para emprender siembras de envergadura,” explica el historiador Guillermo Arosemena. Es decir, los manos que antes tejían textiles en los obrajes de los Andes ecuatorianos aprendieron a cosechar cacao en el trópico.
Resiliencia y adaptación
Guayaquil se transformó en un centro importante del cacao que competía con Venezuela para conquistar los mercados de España y el resto de Europa, que iban adquiriendo el gusto por el chocolate. Esto acarreó la llegada de piratas que saquearon e incendiaron la urbe en varias ocasiones. Desde allí su gente desarrolló resiliencia y la habilidad de levantarse después de situaciones adversas.
Entre 1870 – 1925 Ecuador vivió la época de oro del cacao y se convirtió en el primer exportador del mundo. Toneladas de cacao “Arriba” partían desde Guayaquil directo a Londres, Hamburgo y Nueva York. De regreso los Grandes Cacaos traían consigo la moda, la arquitectura y las últimas tendencias europeas. Así lo evidencian algunos edificios del centro de la ciudad, como el magnífico Palacio de Cristal, construido al pie del río Guayas, o el espléndido Palacio Municipal.
Con el boom del cacao se desarrollaron la banca y otros negocios que atrajo a inmigrantes de todo el mundo: españoles, libaneses, alemanes, italianos. Los italianos, en especial, fundaron las primeras fábricas de chocolate de Ecuador en 1906, algunas de las cuales aún existen.
Sin duda, eran tiempos de bonanza en Ecuador que duró hasta que llegó la plaga de la Escoba de Bruja arrasó con el 70% de las plantaciones de cacao en 1920.
El periodo posterior al declive del cacao fue una época de búsqueda, ensayo, innovación y creatividad. Hoy, veinte plantas procesadoras de cacao y chocolate existen en Guayaquil, con tecnología de punta y en constante evolución. Es el cluster de cacao y chocolate más grande América Latina que emplea a 200 mil familias ecuatorianas. En 2019 se exportaron desde Guayaquil 330 mil toneladas de cacao a Indonesia, Estados Unidos y Holanda.
¡Cómo añoro esas espléndidas tardes en que atravesaba los puentes sobre aquellos enormes ríos y llegaba a la fábrica donde a veces elaboramos nuestro chocolate en Guayaquil! De la mano de ecuatorianos que llevan cuatro generaciones produciendo cacao y algunos de los descendientes italianos que llegaron al puerto hace más de 100 años, creamos nuestro chocolate con cacao origen Manabí.
Mientras admiro desde mi balcón ese mar azul de Manta, sueño que esta pandemia termine pronto para regresar a fabricar chocolate en la capital del cacao de Ecuador.