A tale of two Ecuadorian regions

 

"I am more and more convinced that our happiness or unhappiness depends more on the way we meet the events of life than on the nature of those events themselves." - Alexander Von Humboldt

 

Four hundred thirty-five kilometres separate the Upper Manabí located on the tropics of Ecuador from Cayambe, in the Ecuadorian Andes, the place where make our chocolate.

 

The journey from Quito to Cayambe happens in a blink of an eye. It never stops surprising me that blue sky of the Andes, the imposing mountains, the stroll by the warm valley of Guayabamba until we reach those slopes with flocks of sheep, rose plantations and the majestic snow-capped Cayambe.

 

I can't imagine how the scientist Alexander Von Humboldt's journey would have been like 250 years ago when he explored the Andean volcanoes in Ecuador, moved by his fascination with geography, botany and fauna. From that bold journey of exploration that lasted eight months in Ecuador, he wrote books and investigative papers that later served to delimit the map of the Republic of Ecuador and painted a canvas of the great Cayambe (5,790 metres high).

 

It is not a coincidence that Cayambe has become a historical reference to Ecuador. In 1736 the French Geographical Mission arrived there to measure the arc of the terrestrial meridian and to mark the equator. In that same area lies the oldest estate in Ecuador: Guachalá. It was founded in 1580 over an ancient Inca temple, where large manufacturing of wool provided textiles for the Spanish crown for centuries.

 

Cayambe is an area with an incredible heritage value, as well as productive land. The most beautiful roses in Ecuador grow over there, which get exported abroad to decorate luxurious hotels and homes worldwide. Many of the local people whose ancestors wove textiles or who previously worked in rose fields create their talented hands the speciality chocolate made in Cayambe.

 

It is an impeccable plant equipped with European technology and machinery made in Latin America. Thirteen craftsmen select the cacao beans by hand, roast, conch, refine and mould them into delicate chocolate bars. "Our human team is valuable; each person has been trained to make chocolate from bean to bar. The teamwork is essential," says Alejandro Pasquel, a food engineer graduated in Spain, factory manager and mad about chocolate.

 

We aim to elevate craftsmanship in chocolate, rely on an excellent team with this level of expertise at a factory that has excellent credentials (certification of Good Manufacturing Practices), and that can be able to transform our speciality cacao into a bar of delectable chocolate.

 

Some quintals of Arriba Nacional cacao beans from the last harvest in March 2020 rest in our storage in Manabí. Until thriving days arrive and when we will be able to cross the Andes mountains, admire that blue sky again and look into the eyes of the artisans of Cayambe, we remain in hope. We dream of making our next chocolate batch, delectable and full of optimism and resilience to reach discerning palates worldwide.

 

SPANISH VERSION / EN ESPAÑOL

 

 Un cuento de dos regiones ecuatorianas

“Estoy cada vez más convencido que nuestra felicidad o infelicidad depende más de la forma en que enfrentamos los eventos de la vida que de la naturaleza de esos eventos mismos.” ― Alexander Von Humboldt

 

Trecientos treinta y cinco kilómetros separan al Alto Manabí situado en el Ecuador tropical de Cayambe, en los Andes ecuatorianos donde elaboramos nuestro chocolate.

 

Ese viaje desde Quito hasta Cayambe pasa en un suspiro. Nunca deja de impactarme ese cielo azul de los Andes, las imponentes montañas, el breve paso por el cálido valle de Guayabamba hasta llegar a esas laderas con rebaños de ovejas, sembríos de rosas y el majestuoso nevado Cayambe que marca la llegada a nuestro destino.

 

No me imagino cómo habrá sido el viaje del científico Alexander Von Humboldt hace 250 años cuando exploró los volcanes andinos de Ecuador movido por su fascinación por la geografía, la botánica y la fauna. De esa intrépida exploración, que duró ocho meses en Ecuador, quedan libros de investigación que luego sirvieron para delimitar el mapa de la República de Ecuador, además de un lienzo del grandioso Cayambe de 5.790 metros de altura pintado por el mismo Von Humboldt. 

 

No es una coincidencia que Cayambe se haya convertido en un referente histórico del país. En 1736 la Misión Geográfica Francesa llegó a medir el arco del meridiano terrestre y a marcar la línea ecuatorial. En esa misma zona aún existe la hacienda más antigua de Ecuador: Guachalá. Fue fundada en 1580 sobre el emplazamiento de un antiguo templo Inca, donde se creó un “obraje” y se tejieron textiles de lana para la corona española durante siglos.

 

Cayambe es una zona con rico valor histórico, además de productiva. Allí crecen las más hermosas rosas de Ecuador que decoran lujosos hoteles y hogares alrededor del mundo.  Ahora, mucha de la gente local cuyos ancestros tejieron textiles o antes trabajaron en sembríos de rosas, crean con sus hábiles manos el chocolate de especialidad “made in Cayambe”.

 

Es una impecable planta con tecnología europea y maquinaria hecha en América Latina. Trece artesanos seleccionan el cacao a mano, lo tuestan, lo conchan, lo refinan y de esa manera moldean las delicadas barras de chocolate. “Nuestro equipo humano es valioso; cada persona ha aprendido a elaborar el chocolate desde el grano de cacao hasta la barra en todas sus facetas. Es esencial ese trabajo en equipo”, expresa Alejandro Pasquel, ingeniero en alimentos graduado en España, jefe de planta y amante del chocolate de calidad.

 

Nuestra meta es exaltar el arte de fabricar chocolate con un excelente equipo humano de gran experiencia en una fábrica con excelentes credenciales (certificado de buenas prácticas de manufactura) y que pueda extraer el alma de nuestro cacao de especialidad y transformarlo en un exquisito chocolate.

 

Algunos quintales de cacao Arriba Nacional de la última de cosecha de marzo 2020 reposan en nuestra bodega en Manabí.  Mantenemos viva la esperanza a espera de mejores días, cuando se abran las fronteras de Ecuador, podamos cruzar las montañas de los Andes, observar otra ese cielo azul y mirar a los ojos de los artesanos de Cayambe.  Estamos deseosos de crear ese nuevo lote de exquisito chocolate, lleno de optimismo y resiliencia, para paladares sensibles de todo el mundo.

 

 

 
Guachalá, the oldest estate of Ecuador founded in 1580, is located next the chocolate factory

Guachalá, the oldest estate of Ecuador founded in 1580, is located next the chocolate factory

Discovering the aromas of our speciality chocolate

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