Un saludo de año nuevo
“El sol que reinó sobre mi infancia me privó de todo resentimiento. ” – Albert Camus
Tengo un vívido recuerdo de mi niñez en navidad. La tradición era irse a dar un baño de mar en la mañana para luego celebrar la cena en familia. El festejo de navidad en Ecuador ocurre la nochebuena, el 24 de diciembre, es el momento más esperado cuando eres niña.
La alegría era mi mejor vestido. Aún recuerdo el aroma del chocolate caliente, el pavo recién salido del horno, los villancicos, la sonrisa de madre, mis hermanas mayores envolviendo regalos y yo, escudriñando bajo el árbol de navidad cuántos obsequios llevaban mi nombre.
Tanto tiempo ha pasado desde aquellos recuerdos navideños en esa cálida costa del Pacífico de Ecuador desde donde divisábamos el mar, el puerto de Manta y jugaba en el jardín con los regalos recién recibidos.
Posteriormente, vendría una navidad de adolescente que estaba descubriendo el amor, ya tenía sobrinos directos que hoy son mis grandes amigos.
Un pequeño detalle era suficiente para dibujar sonrisas. Lo importante era la unión de la familia donde el amor se demostraba en una exquisita cena con los ingredientes que papá había comprado esa mañana en el mercado para lucirse frente a los suyos.
Después vendría la vida lejos del país. Navidades en Londres, Luxemburgo, El Cairo con una simbiosis de culturas y un aprendizaje vida.
¿Qué si hubiese sido sin esos valiosos regalos recibidos en casa y sin esas caminatas al pie del mar bajo ese sol ecuatorial? Quizás no hubiese tenido la sensibilidad para apreciar las cosas bellas y sencillas y la fortaleza para superar cualquier embate en este recorrido llamado vida.
Hoy en día de Reyes celebramos el último festejo de Navidad con una exquisita rosca de reyes, un chocolate caliente y el cariño de personas importantes.
“He perdido mis certidumbres, he conservado mis ilusiones,” dijo el escritor español Jorge Semprún. Que esas ilusiones nunca se pierdan.
Feliz, saludable y creativo 2022.
English version
New year's greetings
"The sun that reigned over my childhood deprived me of all resentment."- Albert Camus.
I have a vivid memory of my childhood at Christmas. The tradition was to go swimming in the morning on the sea and celebrate dinner with the family. The Christmas celebration in Ecuador happens on Christmas Eve, December 24; it is an important date for a girl.
Joy was my best dress. I still remember the aroma of hot chocolate, turkey freshly roasted, Christmas carols, my mother's smile, my older sisters wrapping presents, and me scrutinizing under the Christmas tree to find out how many gifts had my name on them.
So much time has passed since those Christmas memories on the warm Pacific coast of Ecuador. From my house, we could see the deep blue sea, the port of Manta, while I played in the garden with the newly received gifts.
Later on, already a teenager, I discovered love at Christmas time. I had already nephews and nieces that are today are my great friends.
A small gift was enough to draw smiles on their faces. The most important thing was to stay together as a family, showing love around a delicious dinner prepared by my father, a talented cook.
Afterwards, I would live abroad—Christmas in London, Luxembourg, Cairo with a symbiosis of cultures and a life experience. What would be my life without those intangible gifts and those walks by the sea under that equatorial sun? Perhaps I had not had the sensitivity to appreciate beautiful and simple things and the strength to overcome any challenges on this journey called life.
Today on Three Kings Day, we celebrate the last Christmas event with a "rosca de reyes", a hot chocolate and the love from our family and closest friends.
"I have lost my certainties, preserved my illusions," said the Spanish writer Jorge Semprún. May those illusions never be lost.
Happy, healthy and creative 2022 to everyone!
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